(Ansol).- “Las principales problemáticas que fueron surgiendo tienen que ver con la habilitación por un lado, porque cuando funcionan de manera precaria, sin alguna reglamentación en orden, lo que hace es bajar las condiciones como si fueras una escuela privada, una empresa, te piden especificaciones que, dentro del marco de la gestión social cooperativa, tener un propio marco regulatorio. Por otro lado, el financiamiento, ya que muchos se autofinancian en colaboración con la comunidad; la acreditación de los títulos, tener espacios físicos propios. Hay muchas problemáticas propias de las realidades de cada una, y más allá de ciertas diferencias en el sector sobre las miradas con respecto al Estado o a la formalización, priorizamos las miradas en común para resolver lo más rápido posible para evitar que cierren proyectos”, afirmó a Ansol Nahuel Casademunt, miembro del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación Popular.
Desde el 2014 se realiza el Encuentro EPEP, que inicialmente nucleó a experiencias educativas bonaerenses y que ha ido aumentando su representatividad a lo largo del país, y es una instancia semestral donde se busca fortalecer los vínculos entre los diversos proyectos y encontrar respuestas a los diferentes problemas del sector.
Esta edición se hizo en la ciudad cordobesa de San Marcos Sierra, a lo largo de tres días, y contó con la asistencia de más de 50 proyectos educativos de once provincias de la Argentina, un rasgo que distinguió a este VI Encuentro de los anteriores, con más de 400 participantes, 100 de ellos niños.
“Lo primero que noté fue que hubo mucha más variedad geográfica que otros EPEP, y eso fue fabuloso y pudimos ver que hay proyectos similares en todo el país, que no hay zonas privilegiadas como Córdoba o Buenos Aires, aunque hay zonas que necesitan más difusión, y por eso el próximo encuentro se hará en Paraná, Entre Ríos”, dijo a esta agencia Dolores Built, miembro de la comunidad educativa Tierra Fértil, de Beccar, Provincia de Buenos Aires, mientras que Valeria Mariquela, del Territorio Educativo Comunitario Villa Karaguatá, afirmó que “el encuentro nos sirvió para no sentirnos solos. Sensación que a veces nos ocurre porque somos el primer proyecto de estas características en el territorio, y ahí nos dimos cuenta que hay un movimiento nacional y generacional. Fue un empujón de entusiasmo. Todo esta experiencia la volcamos al grupo y trajo entusiasmo de poder participar el próximo encuentro”.
Discutir una nueva educación
“Fue la primera vez que fuimos a el Encuentro de Escuelas Posible, aunque previamente fuimos parte de encuentros de permacultura. Estuvo muy bueno, de haber concurrido con este proyecto que es una escuela alternativa, asentada en un barrio popular, con todo lo que ello implica. Nos llevamos muchos aportes, que están en proyectos que no son de las mismas características que la nuestra pero que sí habían transitado espacios parecidos. Entonces hacía que nos nutramos todo el tiempo y nosotros contribuir a la experiencia de los demás”, destacó a este medio Jesus Gutty, de la Escuela Primera Pasos, de Concordia, Entre Ríos.
Entre los ejes debatidos estuvieron la autogestión pedagógica, el vínculo con las comunidades y sus territorios, la perspectiva de género y los micromachismos, los límites y la experimentación corporal, el juego, el diseño de espacios y materiales educativos y el adultocentrismo en la educación.
“Nos sirvió para no sentirnos solos. Sensación que a veces nos ocurre porque somos el primer proyecto de estas características en el territorio, y ahí nos dimos cuenta que hay un movimiento nacional y generacional. Fue un empujón de entusiasmo. Todo esta experiencia la volcamos al grupo y trajo entusiasmo de poder participar el próximo encuentro”, concluyó Mariquela.