(Ansol).- A mediados de abril, el gobierno nacional publicó en el Boletín Oficial la ley 27.349, de fomento al emprendedurismo a través de tres medios: simplificación de trámites administrativos, nuevo marco regulatorio para la llegada de inversores y ventajas impositivas para este tipo de actividades.

«El presente título tiene por objeto apoyar la actividad emprendedora en el país y su expansión internacional, así como la generación de capital emprendedor en la República Argentina», dice el artículo 1°. «En particular, se promoverá el desarrollo de capital emprendedor considerando la presencia geográfica de la actividad emprendedora en todas las provincias del país, de modo de fomentar el desarrollo local de las distintas actividades productivas».

El artículo 2° especifica qué se entiende por un emprendimiento: «cualquier actividad con o sin fines de lucro desarrollada en la República Argentina por una persona jurídica nueva o cuya fecha de constitución no exceda los siete (7) años».

“Aparece como beneficio para el emprendedor, pero es una ley que beneficia a los inversores. Esta ley lo que hace es simplificar unas cuestiones administrativas cuando un emprendedor o una sociedad se quiere conformar”, dijo al programa a Doble O, por radio Ahijuna, Mariana Traetta, abogada del Grupo de Empresas Sociales y Trabajadores Autogestionados de la República Argentina (Gestara), y afirmó: “Beneficia a empresarios porque se crean empresas satélites de grupos económicos y se beneficien con esto al evadir impuestos. La ley permite que una sociedad anónima  o sociedad de responsabilidad limitada pueda desarmarse y constituirse como un fondo inversor: no tener registro y así evadir los impuestos porque tiene los beneficios que les da la ley”.

Una de las particularidades es que la ley define como emprendimiento a cualquier actividad, con o sin fines de lucro, desarrollada en Argentina por personas o empresas que hayan sido constituidas en un plazo no mayor a 7 años.

“El Estado debería hacer políticas para fomentar el consumo. Porque se pueden crear dos millones de emprendimientos, pero tiene que haber un consumo de sus productos. Ese es el tema. Vamos a tener una ley hermosa para colgarla en un cuadro. Porque no habrá quien consuma. Por más que se incentive la inversión, reduciendo ganancias, otorgando créditos a tasa al 9 por ciento. Y después, ¿qué hacemos si no hay consumo?”, concluyó Traetta.