“Alcoyana es un ejemplo de lucha y de crecimiento. Los operarios han mostrado que ellos pueden lograr ingresos para sus familias en una fábrica que empresarios vieron inviable o que prefirieron llevarla a la quiebra», resaltó Minsky, y agregó: «Primero vendieron chatarra para comprar materia prima y los primeros ingresos los reinvirtieron para poder continuar. Los operarios que dominaban la parte técnica de la producción tuvieron que aprender gestión, área que recaía en los empleados administrativos que no participaron del proceso de recuperación”.